Pro Mujer comenzó como una sociedad entre dos mujeres visionarias: Lynne Patterson y Carmen Velasco. Después de conocerse en El Alto, Bolivia, a finales de los años 1980, rápidamente encontraron un terreno común en su deseo de aliviar la pobreza de las mujeres del mundo en vías de desarrollo. En 1990, fundaron Pro Mujer, una organización comprometida a mejorar la vida de las mujeres y de sus familias a través de apoyo económico, capacitación empresarial y atención de salud básica.